Salmos 27:1-4 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi
vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores
y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos
tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No
temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
Confiar en Dios es una decisión que cada uno puede o debe tomar si
quiera transitar por el camino de la fe; a veces me pregunto ¿Por qué es tan difícil
confiar plenamente en Dios? ¿Cuál es el obstáculo que me impide confiar totalmente
en El?.
Muchas veces creo que soy yo mismo. Todos confiamos fácilmente en
nosotros mismos cuando logramos la meta de nuestro trabajo y no pensamos en
Dios, quien nos dio toda la fuerza, la sabiduría y el ánimo necesario para trabajar.
Debemos saber que aunque la gente hoy en día tiene mucho poder, Dios sigue
siendo el todopoderoso y el único que tiene control sobre todas las cosas.
Mateo 24:35 es un lindo versículo que nos puede ayudar a confiar
en Dios, dice así: “El cielo y la tierra pasaran, mas su palabra no pasara”.
Ese
versículo nos puede calmar y nos pone a pensar que las palabras de nuestro todo
poderoso Dios nunca perderán vigencia. Sus palabras son las mismas que en
tiempos antiguos han sostenido y dirigido a muchos. Podemos estar seguros de
que nunca van a cambiar y que tienen el mismo valor de antes. Dios va a estar
de nuestro lado incluso en los momentos en nos siguen las preocupaciones y nos
enemigos se vuelven contra nosotros. El nunca nos deja solos.
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