¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Pobrecita Venezuela! Fuente: Anzola Orlando (2011): “Realidad Profética de Venezuela 1963 – 1992”.

Estábamos   en un culto  de   oración con un grupo  de hermanos de la iglesia,  cerca de  las 08:30 de   la noche. De repente, sentí un  nudo  en  mi  garganta, el corazón se me apretaba, los ojos  se  me llenaron de  lágrimas. Me preguntaba   en  mi  mente:  “¿Qué   es   esto  que  me  está pasando?”, pero no hallaba respuesta. No pude aguantar más y empecé a llorar desconsoladamente con mucho sentimiento y sin saber porque lo hacía.

La experiencia era como si alguien muy cercano, muy íntimo, se hubiese muerto de una manera inesperada, y así estuve un tiempo llorando larga y desconsoladamente. Mientras tanto,  los hermanos estaban desconcertados por lo que sucedía conmigo y no sabían qué hacer,  ni que decir. Cuando ya no podía soportar más lo que me estaba pasando, hice un gran esfuerzo, le pedí perdón a los hermanos, y me retire a un rincón del templo. Me arrodille y así estuve largo tiempo, cuando de pronto salió de mi boca un grito desgarrador, lastimero, muy doloroso, que me salía de lo más profundo de mis entrañas que decía:

” ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Venezuela, Venezuela, mi amada Venezuela, mi querida Venezuela… Si tú supieras las desgracias que vienen para ti. ¡Ay! ¡Ay! Venezuela, pobrecita Venezuela, pobrecita… Lo que te espera es tan triste. Te saquearán. Te arruinarán. Eres cabeza de naciones, ahora te convertirán en cola, se burlarán de ti. Perderás el prestigio entre las naciones. ¡Pobrecita! ¡Pobrecita Venezuela!

Fuente: Anzola Orlando (2011): “Realidad Profética de Venezuela 1963 – 1992”.